Tal vez le haya sucedido: un familiar le pide que lo ayude a cambiar un mueble de lugar y usted va a su casa bien temprano el sábado para ayudarlo con la tarea. Seis horas más tarde, reacomodaron toda la casa, usted lo ayudó a podar los árboles y le lavó el auto. Eso se llama síndrome del lavadero (scope creep), cuando “solo una cosita más” se convierte en una cascada de tareas nuevas, ninguna de las cuales estaba incluida en el proyecto, plan o presupuesto original.
El síndrome del lavadero con frecuencia agobia a los trabajadores freelance que no siguen estas pausas fundamentales
Nunca envíe un presupuesto o un contrato para trabajar como freelance sin incluir una lista detallada de las metas del proyecto. Por ejemplo, si usted es un diseñador de páginas web y un cliente lo contrata para que le construya un sitio web, no escriba “Crear sitio” en el contrato que le va a enviar al cliente para que firme. En lugar de eso, detalle el proyecto, agregando información como por ejemplo:
Si un cliente le pide que agregue otras tareas al proyecto, infórmele que entonces debe ajustar el contrato o preparar un nuevo presupuesto. Esto reduce la posibilidad de que existan malentendidos y le ayuda a evitar trabajar gratuitamente en el proyecto. Cotice sus servicios correctamente
Si los recursos que empleó para finalizar un proyecto excedieron su tarifa promedio por hora para trabajo freelance predeterminada, no manejó su negocio correctamente. Para evitar el síndrome del lavadero, no solo debe definir el alcance del trabajo, sino también tiene que tener un claro entendimiento de su valor. ¿No está seguro de cómo determinar su tarifa por hora? Consulte Encuesta de ingresos freelance de Payoneer para averiguar cuánto están cobrando otros trabajadores freelance en su mercado/campo de trabajo.
Obviamente, su método de cotización variará dependiendo de la naturaleza de su negocio y de la forma en que usted elija abordar el trabajo; sin embargo, la clave está en desglosar los proyectos en pequeños pasos y asegurarse de que todo esté incluido. Una vez que haga esto, puede asignar el tiempo/costo que corresponda a cada parte individual del trabajo y calcular un presupuesto acorde.
También le sugerimos que incluya un factor de contingencia de un 15% para los precios. Esto no es el síndrome del lavadero, es una póliza de seguro para justificar posibles discrepancia en su presupuesto.
El truco para evitar caer en el síndrome del lavadero es frenarlo en sus inicios, es decir, la primera vez que el cliente le sugiera agregar trabajo a un proyecto para el que ya habían llegado a un acuerdo. Recuérdele amablemente a su cliente los términos del contrato que firmaron. Asegúrese de ofrecer alternativas sólidas para que el cliente tenga opciones concretas para poder proceder.
Por ejemplo:
“Nuestro acuerdo actual es para la publicación de un blog semanal de 300 palabras a un costo de $50. Si desea que las publicaciones tengan 500 palabras, mi tarifa serían $75. O bien, si este precio no se ajusta a su presupuesto, podríamos respectar la cantidad original de palabras que acordamos previamente”.
Antes de caer en el síndrome del lavadero, determine qué está dispuesto a hacer de forma gratuita y qué requiere un cargo adicional. Por ejemplo, si el cliente le pide que cambie el tipo de letra del sitio web, tal vez no quiera cobrárselo porque solo le llevará unos pocos minutos hacerlo. Pero si le solicitan que vuelva a diseñar un logotipo, no querrá trabajar durante seis horas por nada.
La firma de contabilidad en la nube, FreshBooks, aconseja a los trabajadores freelance que establezcan límites en su negocio, para no convertirse en víctimas de clientes groseros y desorganizados. Si siente que el estrés y la sobrecarga de trabajo son mayores que la remuneración que recibe, no tenga miedo de rechazar el proyecto. Perder un cliente duele, pero también libera su carga horaria para poder aceptar trabajos mejor pagados y que disfrutará más. No trabaje con un cliente que espera que usted trabaje incansablemente y de forma gratuita en un proyecto o que exija cambios de último minuto con urgencia. Si usted es un trabajador freelance, asegúrese de comprender las normas de su relación con los clientes y saber cuándo rechazar un proyecto ANTES de comprometerse con él.