Lo queramos o no, compartimos diariamente muchísima información bancaria personal con otras personas. Esto sucede en muchas situaciones: cuando pagamos en línea un producto o servicio, cuando retiramos efectivo de un cajero automático, cuando transferimos dinero a otra cuenta, cuando iniciamos sesión en nuestra cuenta para consultar el saldo, y en muchas otras ocasiones. Todo esto es parte de nuestra rutina diaria y forma parte natural de nuestro modo de vida, y con el tiempo estos hábitos se vuelven más y más frecuentes.
En una época en la que la tecnología de información se desarrolla a pasos agigantados, también aumentan las amenazas y los riesgos informáticos. Este aumento del nivel de amenazas hace que debamos prestar más atención a lo que hacemos, tanto en línea como fuera de línea y, sobre todo, que debamos prestar especial atención a la importancia que tiene nuestra información personal y asegurarnos de protegerla en todo momento. ¿Pero cómo podemos hacerlo exactamente?
Esta lista le ayudará a proteger su información personal y a mantener su privacidad en caso de que su tarjeta caiga en las manos equivocadas.
Este primer paso es el más simple, pero no creerá cuánta gente olvida cerrar su sesión habitualmente: Asegúrese siempre de cerrar la sesión de las cuentas en línea. Existen varios riesgos al mantener abierta una sesión: los dispositivos pueden robarse o hackearse, las computadoras que se dejan abiertas pueden utilizarse para enviar enlaces maliciosos a otras personas, etc. Al cerrar la sesión, se asegura de que, en el caso poco afortunado de que su dispositivo móvil o computadora caigan en las manos equivocadas, su cuenta, sus sistemas de pago o su banca en línea (como mínimo) no sean accesibles.
La gente tiene tendencia a dejar su tarjeta en lugares públicos y ni siquiera se dan cuenta de ello. Al pagar en un restaurante o comprar un producto en una tienda, no olvide pedir que le devuelvan la tarjeta y colóquela nuevamente en su billetera. Esto puede sonar obvio, pero no creerá cuántas personas dejan sus tarjetas por ahí. Este consejo es fundamental: nunca deje su tarjeta expuesta en un lugar público.
Cada algunos años, nos vemos en la necesidad de adquirir un dispositivo nuevo, ya sea un teléfono celular o una computadora. En tales casos, hay quienes desean capitalizar el dispositivo viejo y tratan de venderlo o regalarlo a alguien conocido. El problema es que muchas personas olvidan eliminar la información que guardan en el dispositivo en forma de cookies, enlaces, contraseñas guardadas y aplicaciones que se relacionan con las cuentas en línea. Recuerde que siempre debe borrar las cookies o aplicaciones relacionadas con su cuenta en línea antes de vender o regalar su dispositivo. De hecho, una buena idea es eliminar los datos del dispositivo, formatearlo y eliminar todos los archivos y aplicaciones.
No todos tenemos una memoria prodigiosa, y llevar un registro de los diferentes usuarios y contraseñas que usamos puede ser complicado. Algunas personas eligen guardar en papel su lista de contraseñas o guardar la lista en un archivo en su teléfono o computadora. No hace falta decir que si le roban o pierde el dispositivo, su información de inicio de sesión se verá comprometida. Nunca guarde información confidencial de una tarjeta (nombres de usuario, contraseñas o números de identificación personal [PIN]) en un archivo inseguro o en papel. En su lugar, descargue una aplicación de confianza como KeePass para guardar todas sus contraseñas en un solo lugar con un archivo cifrado.
Siguiendo el consejo anterior, muchas personas guardan una imagen de la tarjeta en su dispositivo para tener la información a mano cuando la necesiten. Esa no es una gran idea, ya que el primer lugar donde los ladrones buscan información cuando roban dispositivos es en las fotografías. Por lo tanto, nunca guarde imágenes de la tarjeta en su teléfono o en su computadora. En su lugar, trate de memorizar la información de su tarjeta de crédito.
Una medida simple que le ayudará a proteger su tarjeta es firmar el reverso en el espacio designado. Algunas tiendas compararán la firma del reverso de la tarjeta con la del recibo y esto hará que los ladrones tengan más dificultades para falsificar la firma.
Si le parece que algo está mal con el cajero automático que va a usar para retirar fondos, no lo use. Compruebe siempre que en el cajero automático que va usar no haya un dispositivo de robo de información que pueda copiar su información o una cámara que grabe la información de su tarjeta y la contraseña. Por supuesto, esto no aplica a los cajeros automáticos que tienen cámaras de seguridad, sino que se refiere a cajeros en los que hay cámaras sospechosas dirigidas hacia el teclado o la ranura del lector de tarjetas.
Este último consejo es fundamental: si cree que ha perdido la tarjeta, no pierda un instante y denúncielo a nuestro equipo de atención al cliente. En tales situaciones, cada segundo cuenta y, cuanto antes lo denuncie, más pronto podremos actuar para proteger su cuenta y su información.
Para obtener más ayuda con respecto a su tarjeta, contacte a nuestro equipo de Atención al cliente.